BDSM: Consejos antes de empezar a practicarlo

El BDSM contempla múltiples prácticas sexuales que en los últimos años han ganado gran popularidad gracias a novelas y películas eróticas, pero aún permanece como una práctica tabú de la cual se conoce muy poco. 

BDSM significa “Bondage-Dominación-Disciplina-Sumisión-Sado-Masoquismo”, y las siglas suelen tener una pobre reputación porque no se conocen los fundamentos internos de la práctica, pero esta puede ser una alternativa emocionante para muchas personas si se realiza correctamente.

Si estás interesado en adentrarte en esta nueva forma de experimentar el sexo, aquí te dejamos unos consejos para que puedas empezar a disfrutar del BDSM.

¿Cómo empezar a practicar el BDSM?

Al inicio es normal sentir nervios y ser precavidos, pero lo importante es que exploremos poco a poco qué cosas nos gustan y cuáles no. Para esto siempre recomendamos practicarlo con personas abiertas a conversar todo el tiempo, que respeten los límites, y con las que exista suficiente confianza para hablar sobre nuestros kinks

Estas conversaciones primerizas ayudan a establecer roles, explorar y decidir qué juguetes usamos en el BDSM, qué queremos experimentar o practicar, y establecer reglas y límites para ambas personas. Lo ideal es que se genere una interacción honesta y divertida donde ambos se aventuran en sus más íntimas fantasías sin sentirse juzgados. 

Algunas preguntas para iniciarnos pueden ser: ¿Prefiero ser dominante, sumiso, o ambos? ¿Me gustaría tener restricción del movimiento? ¿Me gustaría jugar con los sentidos? ¿El dolor durante el sexo es algo que disfruto, y de ser así, en qué nivel? ¿Prefiero castigar, o ser castigado? 

Consentimiento y precaución

La clave número 1 del BDSM es el consentimiento. Aunque sus prácticas puedan considerarse agresivas, el verdadero BDSM nunca se realiza sin consentimiento y sin romper los límites que se establecieron previamente. Es por esto que se recomienda practicarlo con una persona o pareja de confianza, la cual respete nuestros deseos y límites. 

Aunque estas prácticas incluyen intensidad, dolor, y restricción del movimiento, lo ideal es que estos se encuentren dentro del rango aceptado por ambas partes, y que todas los movimientos sean previamente consensuados. 

Una gran idea es establecer una palabra o señal de seguridad, la cual significa que la otra persona debe detenerse inmediatamente. Esta palabra o señal puede ser empleada si se siente mucho dolor, si se está incómodo, o si la experiencia no está siendo placentera. La pareja debe respetar completamente esta señal en todo momento. 

Seguridad durante el BDSM

Algunas prácticas del BDSM, si no se realizan correctamente, pueden causar lesiones o dar paso a malas experiencias. Por ejemplo, se debe tener cuidado de no atar a una persona muy fuerte o en una posición donde se le duerma una parte del cuerpo. Tampoco es recomendado atar áreas como el cuello o la cara, o practicar juegos de asfixia. 

En el caso del spanking, latigazos, y azotes, se deben practicar exclusivamente en los lugares del cuerpo adecuados y nunca llevar los castigos a zonas del cuerpo sensibles o importantes. Además, es indispensable conversar previamente sobre el nivel de intensidad que disfrutamos y tener una palabra o señal de seguridad para moderar la fuerza y la frecuencia del castigo. La idea no es herir, sino utilizar los juguetes para dar placer. 

Otras medidas de seguridad esenciales es nunca dejar sola a una persona atada y contar con unas tijeras en la habitación en caso de que necesites cortar los nudos rápidamente. 

Prejuicios y expectativas

El BDSM suele generar muchos prejuicios y expectativas, tanto positivas como negativas. Para disfrutar plenamente, lo mejor es dejar de lado ambas, ya que pueden arruinar el momento y evitar que exploremos nuestras fantasías.

Cuando nuestra pareja comparta sus kinks debemos recibirlo con mente abierta y con respeto. El BDSM es muy democrático y sus fundamentos se basan en la conversación, la honestidad y el consenso. Si es algo que está fuera de nuestros límites, lo conversamos; si es algo que estamos dispuestos a explorar hasta cierto punto, establecemos reglas previamente; y así sucesivamente.

Las expectativas también pueden perjudicar la experiencia, ya que nos imaginamos que nuestra primera vez será mágica y explosiva, pero la verdad es que en las primeras veces se debe tratar netamente de explorar e investigar qué cosas nos gustan o no. Mantener expectativas realistas y la mente abierta será la clave para disfrutar al máximo nuestra primera experiencia BDSM. 

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